El libro que inventó a los lamas
Horizonte Perdido (Lost Horizon, 1933)
Autor: James Hilton
Colección: Biblioteca oro nº 208
Edita: Molino Argentina, Buenos Aires, 1941.
Hasta que James Hilton publicase este libro durante la década de 1930, casi nadie sabía del Tibet ni de los lamas. Tras su fabuloso éxitoso éxito, el lamaísmo se convirtió en el imaginario popular en una doctrina pacifista que te daba poderes superhumanos si se aplicaba concienzudamente. Shangri-La se convirtió en el seudónimo de un paraíso terrenal donde la gente no envejecía. Los lamas con poderes extraordinarios o los entrenados por ellos y enviados al mundo exterior para detener al mal serían un creciente subgénero en esos años. Hasta podríamos decir que sin esta novela, el Dalai Lama hoy por hoy sería visto como un viejo pelado y ensabanado que jode porque los chinos lo rajaron del poder y no el Premio Nobel de la Paz que defiende a su pacífico pueblo.
Así que, no le neguemos la importancia social a esta novela.
Todo comienza cuando cuatro pasajeros de un avión son secuestrados por alguien durante una revolución en algún lugar cercano a los Himalayas. El piloto los lleva hacia le interior de esta cadena montañosa y termina estrellándose cerca de un misterioso valle escondido que alberga al monasterio de Shangai-La, que maneja una misteriosa orden que mezcla el lamaísmo con el cristianismo. El lugar es tranquilo y paradisíaco y tres de los cuatro pasajeros empiezan a estar cada vez más a gusto Especialmente Conway, cónsul británico con angustia espiritual luego de su extenuante paso por las trincheras de la Primera Guerra Mundial. Poco a poco descubrirá que el azar no los trajo a Shangai-La y que su destino parece ligado al del monasterio... y especialmente de su Gran Lama.
La sensación al leer la novela es como la de una clase de yoga: la cosa es lenta y relajada y parece que no avanza mucho, pero tiene una cualidad hipnótica que el lector no puede dejar de notar. Puede que hoy día sienta que hay varios lugares comunes ne la historia, pero recordemos que fue Hilton el que los puso en primer lugar y fueron sus imitadores quienes lo convirtieron en clisé.
Mención particular es la ilustración de Bouquet de esta edición, que hace que la novela parezca algo más terrorífico que lo que es, como si el lama fuera Fu Manchú o algún otro ejemplo del Peligro Amarillo (otro clisé occidental sobre el Oriente, pero del que hablaremos otro día). Nada que ver con la tapa, pero genial como artilugio para llamar la atención del lector.
Como un pedazo literario que tuvo su importancia en entender un aspecto de otra cultura en el imaginario occidental del siglo XX, Horizonte Perdido es un documento indispensable. Y es una lectura suave pero atrapante, que se deja leer sin problemas.
Y de última regálenselo a esa tía New Age de cómo cincuenta que deben de tener, esa que lee libros de autoayuda. Seguro que le encantará...
4 comentarios
roberto -
Y si nos habriamos ahorrado a Lobsang rasmpa Y al tintin en el tibet, lo cual seria en primer caso un alivio y en segundo una pena....
alejanro -
Aunque ahi el dinero vale la pena.
Fabian -
Vivaldo Moore -